¿Hay algo más gratificante que la imagen de nuestro perro con su perdiz en la boca, después de una bonita muestra? Se puede rizar el rizo.... ¿y si la perdiz cayó de ala? Creo que este es un tema muy interesante. Lógicamente, cuando se tiene un perro capaz de cobrar perdices de ala, la incertidumbre posterior a un disparo en semifallo, no es tal incertidumbre. Yo diría que se convierte en tranquilidad, y seguridad de que nuestro amigo aparecerá con su-nuestro trofeo en la boca, poniendo así la guinda al pastel.El Braco Alemán es una de las razas mejor dotadas para el cobro, mucho más cuando este aspecto tan importante de la caza, presenta dificultades como localizar una perdiz herida, con fuerzas suficientes para poner tierra de por medio en su huída desesperada. Todas estas reflexiones surgen a partir del recuerdo de una gran perra, por supuesto una Braca Alemana, por su capacidad para hacer aquellos cobros, los cuales siguen presentes en mi memoria, después de llevar muchos años muerta. Se llamaba Kika, y creo que es justo brindarle desde aquí este sincero homenaje.Podría contar infinidad de lances vividos con Kika, pero quizás el primero, sí, el primero de todos, sea el más recordado por mí. Y fue el primero porque ocurrió el primer día de caza, un doce de Octubre del primer año que cazaba la perra. Tenía apenas el año recién cumplido, y se da la circunstancia de que su dueño, mi cuñado Ángel, también era nuevo en el tema .Era su primer año de cazador, de manera que para él, todo aquél trajín de un primer día de caza, debía sonarle a chino. Tal es así, que cuando tuvo la primera oportunidad para dar caza a una perdiz, no solo la aprovechó, si no que además, no tenía ni idea de que lo había hecho. El pájaro, como llamamos en mi Tierra a las perdices, bajaba como un reactor ladera abajo, y al pasar a la altura de mi cuñado, este se encaró la escopeta como pudo, y entre los olivos pegó un tiro. Yo, que estaba por debajo de él, pude ver el lance perfectamente. Pero él siguió andando como si tal cosa, sin darse cuenta de que el pájaro había hecho un extraño en el aire, tomando seguidamente tierra de forma precipitada. Le pregunté que por qué no corría a cobrarlo, y el me dijo textualmente "Yo no he matado ningún pájaro"......El pensaba que un tiro de escopeta ,o mataba o no mataba. Lógicamente no se dio cuenta de que el pájaro cayó de ala, es más, era su primer día de perdices, no sabía ni lo que era eso. Todavía intentaba explicarle lo que había pasado, cuando Kika, que acudió a saludar a mi perro, ya que Ángel y Yo nos acercamos para hablar del tema, llegó al pelotazo, y sin tener porqué, ya que !era su primera perdiz !pegó la nariz al suelo, y subió ladera arriba como si alguna fuerza extraña la obligara a ello. Mi cuñado la llamaba insistentemente, pues la perra se le perdía de vista sin saber porqué, hasta que caí en la cuenta de lo que estaba pasando y lo insté a que dejara de llamarla. No pasaron dos minutos, cuando Kika apareció con su pájaro en la boca .Era la primera vez que cobraba un pájaro, y ...!que manera de cobrar!.Después de este día, cuando caía alguna perdiz de ala, sólo había que llamarla, con toda tranquilidad, porque el pájaro no tenía donde esconderse, el cobro estaba asegurado.
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